En ocasiones, cuando estamos escuchando, nos concentramos en ayudar a que la otra persona se sienta mejor o intentamos solucionar sus problemas. Aunque pensemos que estamos ayudando, en realidad no lo hacemos. A continuación hay algunas respuestas que todos nosotros damos de vez en cuando que pueden transformarse en obstáculos para escuchar bien.

Dar órdenes

“La próxima vez que tengas una tarea de la escuela, hazla inmediatamente”.

Dar un sermón

“Tienes que ser más responsable con lo que haces”.

Dar consejos

“¿Por qué no hablas con el profesor la próxima vez?”.

Echar la culpa

“Estás siendo irracional”.

Estar de acuerdo

“Lo estás haciendo lo mejor que puedes”.

Ridiculizar

“Estás actuando como si fueras un bebé”.

Interpretar

“Estás enojado porque sientes que no cumples con las expectativas de tu padre”.

Consolar

“No te preocupes, todo estará bien”.

Interrogar

“¿Cuánto hace que tienes problemas con tu profesor?”.

Distraer

“¿Por qué no vemos un programa juntos?”.

¡Prueba hacer este ejercicio!