
Las personas enfrentan de distintas maneras el mismo problema. Sin embargo, hay algunas señales de advertencia a las que se debe prestar atención porque pueden afectar negativamente la vida del hermano.
Si su hijo presenta varios de estos síntomas durante un período de tiempo prolongado (2 semanas o más), hablen sobre la situación con el pediatra de su hijo o con un profesional de salud mental de la comunidad.
- Cambio en los hábitos de sueño
- Cambio en los hábitos de alimentación
- Autoestima baja
- Sensación de impotencia o desesperanza
- Llora o se irrita con facilidad
- No quiere o tiene miedo de ir a la escuela
- Preocupación excesiva
- Preocupación sobre la salud o el bienestar de los miembros de la familia
- Falta de placer en las actividades
- Dificultad para tomar decisiones/concentrarse
- Dificultad para separarse de los padres
- Aumento del nivel de energía sin causa
- Habla sobre hacerse daño a sí mismo (por ejemplo, “ojalá estuviera muerto”)
- Síntomas corporales excesivos (por ejemplo, dolores de estómago y dolores de cabeza)