1. Sean sinceros, nadie sabe el alcance de la recuperación, especialmente en las primeras semanas o meses después de una lesión cerebral. Mantengan las opciones abiertas y la esperanza viva.

2. Den información a sus otros hijos sobre la lesión cerebral y permítanles participar en el tratamiento de su hermano o hermana.

3. Animen a los niños a hablar y a escribir sobre la lesión de su hermano o hermana y sus sentimientos sobre el evento.

4. Entiendan y validen las diferencias en las reacciones de sus hijos. Por ejemplo: Un hermano puede negarse a ir de visita al hospital y a que le hablen de la lesión, mientras que otro hace lo contrario. Tranquilícenlos y díganles que está bien sentirse como se sienten.

5. Inviten a sus hijos a participar en grupos de apoyo para exponerlos a otras familias con problemas similares; eso les ayudará a sentirse menos “diferentes” y solos.

6. Ayuden a los niños pequeños a preparar presentaciones de “mostrar y contar” o informes para la escuela sobre lesiones cerebrales para aumentar el conocimiento y la conciencia en su grupo de pares.

7. Dediquen tiempo individual a cada uno de sus otros hijos pidiendo a familiares y amigos que les ayuden.