• Utilice mensajes con “Yo…” en vez de mensajes con “Tú…”. Por ejemplo, “Creo que podría ayudar si se le permitiera entregar después del plazo las tareas escolares” en vez de “Usted espera que él haga las tareas escolares en muy poco tiempo”.
  • No use expresiones absolutas, como “siempre” y “nunca”. Por ejemplo, “Usted siempre ignora a mi hijo en clase”. O “Usted nunca le da una oportunidad de responder preguntas”.
  • Escuche activamente. Eso requiere una atención cuidadosa a lo que la persona le está diciendo para que usted pueda entender su punto de vista. Espere hasta después de haber escuchado a la otra parte para resolver el problema.

Por ejemplo, si el maestro de ciencias de su hija le dice que no ha entregado ninguna tarea en el plazo establecido y que es probable que tenga una calificación “C”, resista la tentación de interrumpir y decir, “¿Por qué no me dijo nada antes? ¡Usted nunca me mantiene informado sobre el trabajo de mi hija!”. En vez de eso, escuche, y espere hasta que el maestro haya terminado. De esa manera, es más probable que usted oiga y entienda las inquietudes del maestro. Cuando responda, recuerde usar afirmaciones con “Yo”, como “Yo creo que es bueno y ayuda cuando me mantienen informado”.