Con frecuencia los adolescentes no duermen lo suficiente y muchos sufren las consecuencias de no dormir bien. La mayoría de los adolescentes necesitan dormir aproximadamente 9 horas para estar bien descansados; sin embargo, la mayoría duerme menos de 8 horas cada noche. Durante la recuperación, los adolescentes suelen necesitar dormir más para sentirse descansados. Es posible que necesites dormir una siesta.

Si estás cansado(a), deberías dormir, a menos que dormir después de la escuela interfiera con tu capacidad de dormir por la noche y levantarte para ir a la escuela al día siguiente.


El sueño es importante para todo

Si no duermes suficiente, tus síntomas después de una lesión cerebral traumática pueden empeorar. Puedes sentirte agotado(a) y cansado(a) y tener problemas para concentrarte. Incluso puedes estar demasiado cansado(a) para hacer tus actividades cotidianas. Sin embargo, es posible que no notes los cambios en tu humor que te afectan a ti y a las personas a tu alrededor. No dormir suficiente hace que nos sintamos malhumorados, irritables e impacientes.

No solo cuenta el tiempo que estás en la cama, sino también la calidad del sueño mientras estás ahí. Si te despiertas mucho durante la noche, eso puede afectar tu energía durante el día, tanto como si no hubieras dormido nada. Puedes mejorar la calidad de tu sueño estableciendo patrones de sueño regulares, acostándote y levantándote siempre a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana.

¿Qué se podría mejorar en esta escena?

Problemas del sueño y lesión cerebral

Los adolescentes con lesiones cerebrales ya están en riesgo de tener dificultades con la atención, la memoria y mal humor; los problemas de sueño pueden intensificar esos problemas. Para algunos adolescentes, esto puede ser abrumador y hace que se retraigan y que duerman todavía más. A veces, cuando estás preocupado(a) o triste, te puede resultar difícil dormirte, mantenerte dormido(a) o sentirte descansado(a) cuando es hora de levantarse.

Después de una lesión cerebral, el cerebro puede tener dificultades para controlar los patrones de sueño. Por ejemplo, puedes tener dificultades para dormirte o para mantenerte dormido.

¿Qué cambió? (Cambia hacia adelante y hacia atrás)

Los adolescentes pueden:

  • Descubrir que necesitan dormir tiempo extra.
  • Tener dificultades para quedarse dormidos o mantenerse dormidos.
  • Necesitar volver poco a poco a las actividades.
  • Sentirse “abrumados” o exhaustos después de la escuela o después de unas pocas clases.
  • Necesitar tiempo extra para levantarse y empezar actividades en la mañana.
  • Estar demasiado sensibles a los ruidos o las distracciones.
  • Estar más irritables cuando están cansados.
  • Tener más dificultades con la memoria cuando están cansados.


Observa a Sarah hablar sobre el sueño.


Cómo dormir bien por la noche

  • No te acuestes con hambre o lleno(a), las dos cosas no te dejarán dormir bien.
  • Usa la cama solo para dormir, evita usarla para estudiar, comer, chatear con amigos, etcétera.
  • Crea el ambiente adecuado, asegúrate de que tu habitación esté oscura, en silencio y a la temperatura adecuada. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que las temperaturas más frescas son mejores. Si te molesta el ruido, usa un ventilador para crear “ruido blanco”.
  • No duermas la siesta si interfiere con dormir toda la noche.
  • Reduce el estrés, haz una lista de las cosas que tienes que hacer. Una vez que tengas las tareas escritas en un papel, tu mente estará libre para relajarte. Usa técnicas de relajación como imaginar una escena tranquila, relajación muscular, respiración relajante y otras maneras de reducir tu estrés.
  • Come liviano para inducir el sueño. Aunque no debes comer demasiado justo antes de ir a dormir, determinados alimentos favorecen el sueño, como leche, pavo, atún, pan y cereales. Evita la cafeína, el alcohol y grandes cantidades de azúcar.
  • Toma un baño o una ducha tibia.
  • Lee un libro o haz alguna otra actividad tranquila que te relaje.
  • Regula tu reloj biológico. Acuéstate a dormir y levántate aproximadamente a la misma hora todos los días para regular tu ritmo biológico.