Este método funciona tensando (contrayendo) cada músculo del cuerpo, uno a la vez y luego relajándolos (soltando la contracción).

¡Inténtalo una vez con tus “músculos de la sonrisa”! Sonríe muy fuerte, mantén la sonrisa por unos segundos y después relaja los músculos de la cara para poner una cara seria. Ahora prueba de nuevo. ¡SONRÍE! Y RELAJA.

Ahora que has intentado la relajación muscular con los músculos de la sonrisa, vamos a continuar con el resto del cuerpo.

Cómo hacer la relajación muscular progresiva

  1. Acuéstate o siéntate en una silla cómoda e intenta estar quieto(a).
  2. Cierra los ojos y piensa en tus pies. Enrolla los dedos de los pies, flexiónalos y contráelos, y después vuelve a relajarlos.
  3. Después piensa en los músculos de la pantorrilla. Contráelos y después relájalos. Sigue moviéndote hacia arriba hasta los músculos de los muslos, después los glúteos, el estómago, la espalda y el pecho.
  4. Ahora continúa con los brazos. Recuerda contraerlos y después soltarlos. Siéntelos relajarse y hundirse en tu cama o silla.
  5. Muchas personas almacenan estrés en los hombros y el cuello. Aprieta esos músculos firmemente, levanta los hombros hasta las orejas y déjalos caer permitiendo que la tensión se vaya.
  6. Después piensa en relajar la cara. Comienza con la mandíbula y continúa hacia las mejillas y la frente. Finalmente, deja que te pesen los ojos mientras relajas los pequeños músculos alrededor de tus ojos.

El mejor tipo de ejercicio de relajación es uno en el que tú mismo puedas guiarte.

Mira y sigue a Vanessa a través de una relajación muscular progresiva en el video a continuación.