Un primer paso importante para mantener el control de tus sentimientos es aprender qué te hace perder el control. Una manera de hacerlo es llevar un registro de dónde estás, qué estás haciendo y quién está cerca cuando te enojas.

Es posible que te des cuenta de cosas simples, como no dormir bien de noche o saltarte una comida, que hacen que sea difícil para ti controlar tus sentimientos.
A veces se requiere un gran trabajo de detective para solucionar las cosas.
Automonitoreo
La mayoría de los comportamientos problemáticos son hábitos, cosas que hacemos sin pensar. Por ejemplo, puedes comer dulces y una gaseosa cada vez que te sientas a ver la televisión, sin pensarlo dos veces. Para cambiar el comportamiento, necesitas prestarte atención o monitorearte a ti mismo(a).

¡Llegó el momento de Detenerte, Monitorear, Evaluar, Reflexionar e Intentar!
¡Detente y piensa!
Monitorea – ¿Estoy haciendo lo que planifiqué?
Evalúa – ¿Cómo están reaccionando las demás personas?
Reflexiona – ¿Es probable que la situación resulte como quiero?
Intenta un comportamiento diferente – Intenta otra cosa y observa cómo funciona.
Los pasos “Detenerte, Monitorear, Evaluar, Reflexionar, Intentar” pueden funcionar para cualquier comportamiento que quieras cambiar.
A veces, es posible que debas seguir los pasos de la